—Su marido era insufrible. Y muy violento. No tengan duda de que fue él. 

Todos los interrogados habían ofrecido declaraciones similares. La inspectora apagó el enésimo cigarro en un cenicero en el que no cabían más preguntas. Junto a la alfombra en la que habían encontrado el cuerpo, el periodista anotaba al final de su libreta aquellas palabras; una versión más que añadir a las múltiples acusaciones que incriminaban a un mismo hombre. Ella y él intercambiaron sus preocupaciones en una mirada que hablaba en silencio. El primer caso de una, la primera noticia del otro. 

Y ninguno de los dos recordaba así a su padre.